"CUANDO ESTEIS ORANDO".
Marcos 11:25"Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas".
Mateo 5:23-24"Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda".
Cuando venimos a la presencia de Dios en oración y suplica, es indispensable que perdonemos de corazón a aquellas personas que nos han hecho daño, a aquellos contra quienes guardamos rencores y estamos resentidos, para que nuestras oraciones no tengan estorbo en ser respondidas. La falta de perdón trae amargura al alma! Si tenemos algún problema pendiente (quizás por años) de resolver con alguna persona, o si sospechamos que alguien tiene algo contra nosotros, debemos ir y reconciliarnos primero con la persona, dejando las cuentas debidamente saldadas y entonces podremos venir en paz a presentar nuestras suplicas ante Dios. Esta es la justicia divina, queremos ser perdonados por Dios?, pues vayamos y perdonemos primero, no solo de labios sino de frutos! Queremos que nuestras suplicas sean respondidas? Vayamos y pongámonos a cuenta con aquel que guarda resentimientos contra nosotros.
No podemos ser religiosos, debemos obedecer a nuestro Padre Celestial para que nos vaya bien en la vida y en todo lo que emprendamos y para que nuestras oraciones sean respondidas. Muchas veces decimos con nuestra boca: " he perdonado a tal persona" pero esto es solo fruto de labios sin arrepentimiento, porque nuestras acciones demuestran que no le hemos perdonado aun. Cuando sinceramente perdonamos, sentiremos paz en el corazón y pensaremos en esa persona sin ningún remordimiento o acusación. Por otro lado sabemos que alguien tiene cargas contra nosotros, pero somos incapaces de ir y hablar o arreglar cuentas con la persona, ya sea por la dureza de nuestro corazón o por nuestro propio ego. Si esto es así, no nos engañemos y desechemos la idea que Dios responderá debidamente nuestras oraciones y las peticiones que le hayamos hecho. Su justicia es perfecta! Lo mismo que nos gustaría hicieran con nosotros, debemos hacerlo con otras personas. Meditemos profundamente en estas palabras, escudriñemos nuestra mente, y si le debemos perdón a alguien, vayamos y perdonémosle, reconciliémonos con esa persona, y luego vengamos en paz y presentemos nuestra ofrenda de oración a Dios.
Dios te bendiga en este dia!